Ocho y media de la tarde de un miércoles cualquiera. Arriba, en la calle Velázquez, el barullo habitual de esa hora en un día laborable. Abajo, en el salón de actos de la Parroquia, un nutrido grupo de jóvenes – recién llegados del barullo de arriba – reciben a bocajarro una pregunta: “Y yo… ¿por qué tengo que creer?” Es el comienzo de una serie de charlas-debate para jóvenes que iremos teniendo a lo largo de este curso.
En este primer encuentro, juntos profundizamos en la Fe, don de Dios y adhesión amorosa del hombre a lo que Él mismo nos ha revelado, y hasta qué punto esa fe es viva y luminosa en nosotros por nuestra identificación e intimidad con Cristo. El coloquio posterior fue animadísimo y profundamente enriquecedor para todos. Al despedirnos, éramos muchos los que pensábamos y comentábamos: “nos ha faltado tiempo. ¡Esto hay que repetirlo!” Pues lo haremos.
¡Os esperamos a todos!